El drenaje linfático manual es una técnica de masaje que consigue la reabsorción veno-linfática del líquido estancado y aumenta la contractibilidad de los vasos linfáticos, pudiendo actuar así a distancia de zonas dañadas cuando el contacto directo no está permitido.
El DLM mejora el drenaje al aumentar el flujo linfático y vaciar las áreas de estasis linfáticas, pero además nos permite abrir vías de colateralización (vías alternativas cuando las principales están dañadas) en la raíz del miembro edematoso.
La presencia de estas vías de colateralización y la apertura de las mismas constituyen una ventaja definitiva de DLM. De hecho, el DLM no solo es la única técnica de tratamiento del edema que se puede aplicar a cualquier parte del cuerpo, sino que también multiplica las posibilidades de drenaje y, por lo tanto, aumenta la efectividad de otras técnicas de tratamiento de los edemas.